Una vez ya tienes a tu hombre ahora sólo te faltan tus
chicas esta costumbre de elegir damas de honor para el día de la boda surgió en
Europa en la Edad Media y fue asimilada después en América como otras tantas
prácticas religiosas; la de elegir a las mejores amigas como co-protagonistas
del gran día, para dar apoyo, ayudar con la toma de algunas decisiones y
ultimar esos pequeños detalles que elevan la boda a la categoría superior, más
divertida, desenfadada. Y sobre todo para estar al lado de la novia en todo
momento.
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